El migrante militante
La herida de uno es la herida de todos
Rudy Lozano, Coalición contra el proyecto de ley Rodino, carta sin fecha
Una gran ola de inmigración mexicana y un deterioro económico centró la atención nacional en la inmigración de los últimos años del siglo XX. Los trabajadores inmigrantes fueron acusados de “robar” los empleos y de la reducción de los salarios. El Congreso propuso nuevas leyes restrictivas y el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) realizó varias redadas para encontrar y deportar inmigrantes indocumentados. Animados por los movimientos activistas del momento, los mexicanos documentados e indocumentados encontraron puntos en común en sus experiencias de discriminación, estereotipos, y explotación. Empezaron a unirse para demandar condiciones dignas de vida y trabajo para todos.
Rudy Lozano se relacionó con varias organizaciones que procuraban una nueva defensa militante por los derechos de los inmigrantes, incluida la Coalición del Medio Oeste por la Defensa de los Inmigrantes y la unidad de Chicago el Centro de Acción Social Autónomo-Hermandad General de Trabajadores (CASA-HGT). CASA enfatiza que los trabajadores inmigrantes, documentados e indocumentados, eran necesario para el sistema capitalista que los explotaba. Como una parte integral de la economía, debían tener los mismos derechos y amparo que otros trabajadores. Desde una oficina (con la fachada de una tienda) en Pilsen, Lozano y los miembros de CASA lucharon por dar voz a las preocupaciones de los indocumentados. Se unieron en contra de las legislaciones antiinmigrantes, crearon talleres y foros educativos, respaldaron protestas, y organizaron marchas para unir a la comunidad y sus exigencias comunes.